La administración de Donald Trump intensificó su lucha contra los carteles de la droga operando desde Venezuela, con una operación militar que destruyó una embarcación del Tren de Aragua y el despliegue de una fuerza naval masiva frente a las costas del país sudamericano, acciones que buscan asfixiar financieramente al régimen de Nicolás Maduro y cortar el flujo de narcóticos hacia Estados Unidos.
El incidente clave ocurrió cuando fuerzas estadounidenses, bajo órdenes directas de Trump, eliminaron un barco del Tren de Aragua –designado como organización terrorista por EE.UU.– que zarpaba de un puerto venezolano rumbo a aguas internacionales cargado con drogas. Trump anunció el hecho en una conferencia de prensa en la Oficina Oval: “Acabamos de disparar a un barco que transportaba drogas. Sucedió hace sólo unos momentos. Tenemos muchas drogas entrando a nuestro país, entrando desde hace mucho tiempo y estas vinieron desde Venezuela y están viniendo muy fuertemente desde Venezuela. Muchas cosas están viniendo de Venezuela. Lo hemos eliminado”.
Como parte de esta ofensiva, el Pentágono ha movilizado un impresionante arsenal marítimo y aéreo, incluyendo barcos, aviones, helicópteros, drones, un submarino nuclear y 4.000 marines respaldados por vehículos anfibios y aeronaves de reconocimiento, con el objetivo de bloquear los envíos de drogas procedentes de Venezuela.
El secretario de Estado, Marco Rubio, enfatizó la determinación de la administración: “Donald Trump ha sido muy claro en que va a usar todo el poder de América, el poder total de Estados Unidos, para enfrentarse y erradicar estos carteles de drogas, sin importar desde dónde operen”, declaró antes de partir en una gira oficial a México.
Rubio ha impulsado que países como Argentina, Paraguay, Ecuador y República Dominicana designen al Cártel de los Soles –otro grupo clave operando bajo la sombra de Maduro– como organización terrorista, sumándose a la presión internacional contra Caracas.
El Tren de Aragua, que cuenta con protección política del régimen de Maduro, y el Cártel de los Soles son los principales actores en el tráfico de drogas, oro, armas y tierras raras desde Venezuela, generando millones de dólares que sostienen la maquinaria represiva, el establishment local y la lealtad militar del chavismo.
Hasta el momento, el régimen de Maduro ha guardado silencio sobre la destrucción de la embarcación y las operaciones estadounidenses, lo que podría indicar una postura defensiva ante la escalada.
Esta ofensiva no solo busca reforzar la seguridad fronteriza de EE.UU. contra el ingreso de narcóticos, sino que también apunta a debilitar las bases económicas del gobierno venezolano, potencialmente erosionando su estabilidad interna y fomentando cambios políticos en la región.
Las implicaciones internacionales son significativas, con aliados como los mencionados países latinoamericanos alineándose con Washington para combatir estas redes criminales transnacionales.