El bono soberano GD30 escaló un 20%, mientras que acciones locales y ADRs en Wall Street registraron ganancias de hasta el 15%, en una señal de confianza renovada en la estrategia económica de Javier Milei. El riesgo país, medido por el EMBI de JP Morgan, se desplomó 150 puntos básicos, cayendo por debajo de los 1.200, y el dólar paralelo retrocedió $75, cotizando a $1.450.
El decreto, oficializado en el Boletín Oficial y vigente desde este martes, suprime las alícuotas para soja, trigo, maíz y derivados hasta el 31 de octubre o el tope de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE), con la condición de liquidar el 90% de las divisas en tres días hábiles. El vocero presidencial, Manuel Adorni, celebró la norma como un “incentivo para el campo y un golpe a la vieja política”, que genera “mayor oferta de dólares” en un contexto de reservas netas negativas y presiones cambiarias.
El impacto fue inmediato en los mercados. El bono GD30E, que vence en 2030, lideró las subas con un 20% en el mercado local, seguido por el GD41 con un 18% y el AL30 con un 15%, según datos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA). En Wall Street, los ADRs argentinos brillaron: YPF (+12%), Grupo Financiero Galicia (GGAL, +14%), Banco Macro (BMA, +11%) y Pampa Energía (PAM, +10%). El índice S&P Merval, en dólares, trepó un 8,5%, su mejor día en lo que va del año, impulsado por el sector financiero y energético.
El CCL (contado con liquidación), un proxy del dólar blue, se contrajo $75, cerrando en $1.450, mientras que el MEP retrocedió $60 a $1.440. “Es una respuesta visceral del mercado a la expectativa de influxo de divisas del agro, que podría estabilizar el tipo de cambio y atraer carry trade”, explicó el analista de Portfolio Personal Inversiones, Mariano Javier Sardelli, en diálogo con LA NACION. El volumen operado en la BCBA superó los $150.000 millones, el más alto desde julio.
En el contexto global, el Nasdaq y el Dow Jones cerraron planos, pero el spread de bonos argentinos se achicó frente a pares emergentes como Brasil y México, reflejando un “premio Milei” por su alineación promercado.
La medida llega en un momento de fragilidad económica, con vencimientos del FMI por US$10.000 millones este trimestre y reservas brutas del BCRA en torno a US$28.000 millones, pero netas en rojo por US$5.000 millones. El agro, responsable del 50% de las exportaciones, había retenido stocks ante retenciones del 33% en soja y 12% en trigo, frenando la liquidación. “Esto desatasca el flujo de dólares y valida el plan de shock, pero su temporalidad limita el efecto multiplicador”, advirtió Sardelli, quien proyecta un Merval en 2.000.000 puntos para fin de año si se extiende el régimen.
El Gobierno, que ya había bajado retenciones en economías regionales, ve en esto un “win-win”: alivio fiscal para productores y oxígeno para el Tesoro. Fuentes de Economía destacaron que el tope de US$7.000 millones cubre necesidades inmediatas sin desequilibrar el presupuesto.
El sector financiero aplaudió: “Es el catalizador que necesitaba el mercado para romper la inercia bajista”, tuiteó el CEO de Balanz Capital, Ariel Aleman. Entidades agropecuarias como la Sociedad Rural, liderada por Nicolás Pino, lo calificaron de “reclamo histórico cumplido”, aunque Pino lamentó la exclusión de la carne y anticipó una reunión con el equipo económico.
Desde la oposición, el kirchnerismo alertó sobre “populismo fiscal preelectoral”. El diputado Germán Martínez, de Unión por la Patria, cuestionó: “¿De dónde salen los US$7.000 millones si no se recauda? Esto es un parche que posterga la crisis”. Analistas independientes, como el exvicepresidente del BCRA, Miguel Kiguel, moderaron el entusiasmo: “Buenísimo para el corto plazo, pero sin reforma cambiaria estructural, el rebote podría evaporarse”.
Este rally podría traducirse en mayor inversión extranjera bajo el RIGI y facilitar negociaciones con el FMI, donde Milei busca US$20.000 millones adicionales. Sin embargo, con elecciones legislativas en octubre, el Gobierno camina en cuerda floja: el éxito depende de que el agro liquide rápido y de precios internacionales estables. “Si se capitaliza bien, podría ser el turning point del año”, concluyó Sardelli.
El cierre de Wall Street, con ADRs aún en verde, sugiere que el momentum perdurará. Por ahora, los mercados parecen apostar a que la libertad económica de Milei –y sus aliados en Washington– empiece a rendir frutos tangibles.