Franco Bindi se presenta a sí mismo como “abogado y empresario de medios“, y se encuentra en el centro de la controversia política tras ser señalado por el Gobierno nacional como el presunto responsable de la filtración de los audios que involucran a Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). En las grabaciones, Spagnuolo menciona un supuesto esquema de coimas de hasta 800 mil dólares mensuales, que habrían sido destinados a Karina Milei, hermana del presidente Javier Milei.
Es un personaje conocido en los tribunales de Comodoro Py, donde su nombre ha sido asociado tanto a verdades como a rumores. Según una investigación publicada por la revista Noticias en 2023, Bindi ha estado “siempre cerca del poder”. Su agenda incluye contactos de alto perfil, como el ex presidente boliviano, hoy enjuiciado por pedofilia y abuso de menores, Evo Morales, con quien mantiene una relación cercana, al punto de haberlo alojado en su casa en Martínez durante casi un año y acompañarlo en giras por Argentina
Bindi, que comenzó su carrera trabajando en la Sindicatura General de la Nación durante el gobierno kirchnerista, representó a acusados que luego serían condenados por corrupción, como Lázaro Báez y Leonardo Fariña, aunque terminó enfrentado con ambos. También fue abogado de la petrolera venezolana PDVSA en Argentina y se lo vinculó, aunque él lo niega, con la defensa de los tripulantes del avión venezolano-iraní retenido en Ezeiza en 2022. Su paso por el mundo de la inteligencia incluye una relación con Allan Bogado, mencionado en la causa Nisman, lo que refuerza su imagen de operador en círculos sensibles.
En 2023, Bindi irrumpió en el mundo de los medios al adquirir el control de un multimedios que incluía Canal 4 Extra, Radio Extra y el portal negocios.com.ar. Para su señal de televisión, contrató a militantes kirchneristas como Víctor Hugo Morales, ex C5N, y Tomás Méndez. Estos movimientos, según Noticias, apuntaban a captar audiencias kirchneristas en un año electoral, aunque el financiamiento de estas operaciones sigue siendo un enigma.
El Gobierno apunta a Bindi como el artífice de la grabación y difusión de los audios de Spagnuolo, que habrían sido registrados hace casi un año sin el consentimiento del exfuncionario. La diputada libertaria Lilia Lemoine fue una de las primeras en señalarlo, acusándolo junto a su pareja, la diputada Marcela Pagano, de orquestar una operación contra el oficialismo. Pagano, quien recientemente abandonó el bloque libertario para formar el bloque “Coherencia”, también está en el ojo de la tormenta, con especulaciones sobre su rol en el escándalo. Sin ir más lejos, el propio Spagnuolo apuntó contra Pagano por la filtración de las escuchas ilegales en diversos medios de prensa.
Asimismo, Bindi se encuentra imputado en algunas causas en trámite ante la justicia de la Ciudad, una de ellas por violencia de género, y cuenta con algunos fallos de la justicia civil que lo señalan como parte de un entramado diseñado para la filtración de datos personales tanto de adultos como de menores.
Por su parte, el propio Fariña lo denunció por mala praxis ante el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, y mantiene otra denuncia en curso, también por violencia de género.
La filtración de los audios, que también involucran a los primos riojanos Lule y Martín Menem, expone dudas dentro del oficialismo y apunta contra el Gobierno en un momento clave de la campaña electoral. Mientras, el oficialismo insiste en que se trata de una “operación política” orquestada por sectores opositores. Bindi, por su parte, permanece en el centro de las sospechas, con un certero historial de conexiones de inteligencia paraestatal, políticas, mediáticas y judiciales, alimentando las especulaciones.