Washington, 8 de septiembre de 2025 – En un momento de crecientes fricciones diplomáticas y militares entre Estados Unidos y Venezuela, el Secretario de Guerra Pete Hegseth lanzó un mensaje contundente que resuena como un llamado a la acción. “Quienes aman y anhelan la paz deben prepararse para la guerra”, declaró Hegseth en un video publicado en su cuenta oficial de X (@SecWar), dirigido directamente a los “warfighters” –los combatientes– del Departamento de Guerra, recientemente renombrado por orden ejecutiva del presidente Donald Trump.
El anuncio llega en el contexto de una escalada de tensiones en el Caribe, donde la administración Trump ha intensificado sus operaciones contra el narcotráfico y las organizaciones criminales vinculadas al régimen de Nicolás Maduro. Hace apenas unos días, el 3 de septiembre, fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque letal contra un barco sospechoso de transportar drogas en aguas internacionales cerca de Venezuela, matando a 11 miembros de la banda Tren de Aragua, designada como organización terrorista extranjera por Washington.
El presidente Trump compartió un video del impacto en su red social Truth Social, calificándolo como un “golpe cinético” contra narcoterroristas. Hegseth, en una entrevista posterior en Fox News, enfatizó que “esto no se detiene con este golpe” y advirtió que cualquier traficante en esas aguas enfrentará “el mismo destino”. La retórica de Hegseth se enmarca en la nueva doctrina del Departamento de Guerra, que busca restaurar un “ethos guerrero” y priorizar la “letalidad máxima” sobre consideraciones legales tibias, según sus propias palabras durante una conferencia de prensa junto a Trump el 6 de septiembre.
El presidente ha desplegado una flota naval significativa en la región, incluyendo el portaaviones USS Iwo Jima, destructores y aviones F-35 en Puerto Rico, en respuesta a provocaciones venezolanas como el sobrevuelo de aviones militares F-16 sobre un buque de la Armada estadounidense. Maduro, por su parte, ha declarado a su país en “máxima preparación” y ha movilizado a 4.5 millones de milicianos, denunciando las acciones de EE.UU. como una “amenaza criminal y sangrienta”.
Expertos en relaciones internacionales advierten que esta confrontación podría derivar en un conflicto mayor, recordando precedentes como la invasión de Panamá en 1989. El exdirector senior del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental durante la administración Biden, Juan González, describió la situación como “teatro político con alto riesgo de confrontación militar”, potencialmente llevando a una “guerra de guerrillas” en Venezuela. Mientras tanto, la oposición venezolana en el exilio aplaude las medidas de Trump, viendo en ellas una oportunidad para el cambio de régimen. El mensaje de Hegseth no solo busca disuadir a Maduro –a quien se le acusa de ser el “rey del narcoestado”–, sino también proyectar fuerza en un hemisferio donde Trump ha reorientado las prioridades militares hacia la defensa de la patria y operaciones en el hemisferio occidental, por encima de amenazas globales como China y Rusia. Con una recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro, la administración deja entrever que no descarta acciones más agresivas. “Nicolás Maduro debe tomar decisiones”, concluyó Hegseth en su intervención, subrayando que “la paz se gana con preparación”.
Esta declaración ha generado reacciones divididas: aliados como Trinidad y Tobago han respaldado el golpe al barco, mientras que China ha condenado la “interferencia extranjera”. En el Congreso de EE.UU., algunos demócratas cuestionan la legalidad de las operaciones sin autorización explícita, pero la mayoría republicana apoya la postura ofensiva de Trump.