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27-octubre-2025 HOY

Nvidia inyecta 5.000 millones de dólares a Intel para codiseñar chips de IA y revolucionar la computación

Surge una alianza estratégica en Silicon Valley que promete redefinir el mercado informático
En un giro inesperado que redefine las alianzas en la industria tecnológica, Nvidia Corp. anunció este jueves una inversión de 5.000 millones de dólares en su rival histórico Intel Corp., junto con una colaboración para el codiseño de chips destinados a computadoras personales (PCs) y centros de datos, con un enfoque en la integración de inteligencia artificial (IA) y computación acelerada. La movida, que posiciona a Nvidia como salvavidas financiero para la gigante en apuros, podría marcar el inicio de una nueva era en el procesamiento de datos, fusionando el dominio en IA de una con la arquitectura x86 de la otra.
 
La transacción, detallada en un comunicado conjunto de ambas empresas con sede en Santa Clara, California, implica que Nvidia adquirirá acciones ordinarias de Intel a un precio de 23,28 dólares por título, lo que le otorgará una participación inferior al 5% en la compañía, cuya capitalización bursátil ronda los 116.000 millones de dólares al cierre del miércoles. Nvidia, con un valor de mercado superior a los 4 billones de dólares, no altera con esto sus planes independientes, pero el anuncio impulsó las acciones de Intel hasta un 26% en el pre-mercado, reflejando el entusiasmo de los inversores ante esta inyección de capital en un momento crítico para la firma.
 
El acuerdo no solo representa un respaldo financiero clave para Intel, que ha lidiado con pérdidas de cuota de mercado y retrasos en el desarrollo de chips específicos para IA, sino que también establece una asociación técnica profunda. Intel incorporará la tecnología gráfica de Nvidia en sus próximos chips para PCs, fortaleciendo su oferta en un segmento donde compite ferozmente con Advanced Micro Devices (AMD). A su vez, Nvidia utilizará procesadores de Intel en sus productos para centros de datos, optimizando tareas generales junto a su hardware especializado.
 
Aunque no se especificó una fecha para el lanzamiento de los primeros componentes derivados de esta alianza, los ejecutivos enfatizaron su potencial transformador. “Esta colaboración histórica integra de cerca la inteligencia artificial y la computación acelerada de Nvidia con la CPU de Intel y el vasto ecosistema x86: una fusión de dos plataformas de clase mundial. Juntos, expandiremos nuestros ecosistemas y sentaremos las bases para la próxima era de la computación”, declaró Jensen Huang, CEO de Nvidia, en el anuncio oficial.
 
Por su parte, Lip-Bu Tan, CEO de Intel –quien asumió el cargo a inicios de este año para reemplazar a Pat Gelsinger–, celebró la confianza depositada: “Apreciamos la confianza que Jensen y el equipo de Nvidia han depositado en nosotros con su inversión y miramos con expectativa el trabajo por delante mientras innovamos para nuestros clientes. La arquitectura x86 de Intel ha sido fundamental para la computación moderna durante décadas, y estamos innovando en todo nuestro portafolio para habilitar cargas de trabajo futuras”.
 
Nvidia, que en 2022 generaba menos de la mitad de los ingresos de Intel, ha experimentado un ascenso meteórico gracias a su liderazgo en computación para IA. Sus chips y software impulsaron el boom de herramientas como ChatGPT de OpenAI, y su unidad de centros de datos se proyecta para superar los 200.000 millones de dólares en ventas este año, eclipsando a cualquier otro fabricante de semiconductores. Actualmente, Nvidia diseña sus propios procesadores utilizando tecnología de Arm Holdings Plc, sin planes inmediatos de externalizar producción a Intel.
 
Intel, en cambio, enfrenta una tormenta perfecta: costos exorbitantes en la fabricación de semiconductores de vanguardia, dependencia de Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC) para sus mejores chips, y una demora en capturar el mercado de IA. En 2022, duplicaba los ingresos de Nvidia, pero su dominio se ha erosionado ante rivales como AMD y el auge de la computación en la nube. Bajo la dirección de Tan, Intel adopta una postura más abierta, buscando alianzas y abriendo sus plantas a competidores para recuperar terreno.
 
Este no es el único salvavidas para Intel: en agosto, el gobierno de Estados Unidos adquirió un 10% de participación en la compañía, y el mes pasado recibió una inversión sorpresa de 2.000 millones de dólares de SoftBank Group Corp. Además, está vendiendo activos para recaudar fondos y sostener sus operaciones, que no logran cubrir los elevados gastos en innovación.
 
La alianza subraya un cambio en el equilibrio de poder en Silicon Valley, donde Nvidia –antes un actor nicho– ahora extiende su influencia para apuntalar a Intel, potencialmente reconfigurando la competencia en PCs y centros de datos. Al combinar la supremacía de Nvidia en aceleradores de IA con la robustez de los procesadores x86 de Intel, la dupla podría desafiar a AMD y fomentar avances en soluciones de IA más eficientes y accesibles.
 
Analistas ven en esto una estrategia para democratizar la IA: “Esta fusión no solo estabiliza a Intel, sino que acelera la adopción de computación acelerada en ecosistemas masivos”, apuntó un experto en semiconductores consultado por este medio. Sin embargo, persisten interrogantes sobre la independencia de ambas firmas y si esta colaboración frenará la dependencia de TSMC o impulsará una mayor integración vertical en la cadena de suministro global.
 
En un contexto de tensiones geopolíticas por la producción de chips –con EE.UU. impulsando la “repatriación” de la manufactura–, esta movida refuerza la posición de dos íconos californianos ante amenazas como las restricciones chinas a la exportación de tecnología. Mientras el mercado digiere el anuncio, Nvidia consolida su reinado en IA, y Intel gana un respiro para reinventarse.

Redacción