Johannesburgo, Sudáfrica – 22 de noviembre de 2025 – En un gesto que resalta la alineación geopolítica del gobierno de Javier Milei con Estados Unidos, el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, Pablo Quirno, anunció hoy que el país no acompañará la declaración final de la Cumbre de Líderes del G20. Representando al presidente Milei, ausente del evento, Quirno intervino en el plenario de la cumbre para enfatizar la importancia de un “sistema internacional basado en libertad, reglas claras y una gestión económica responsable”, marcando distancia de un documento que, según Buenos Aires, rompe con el principio de consenso del grupo.
La decisión argentina se produce en un contexto de ausencias notables: ni el presidente estadounidense Donald Trump ni Milei asistieron a la reunión, que se celebra en Johannesburgo los días 22 y 23 de noviembre. En su lugar, Quirno –un economista de perfil bajo pero de absoluta confianza del ministro de Economía Luis Caputo– viajó directamente desde Washington, donde acababa de sellar un Acuerdo Marco de Comercio Recíproco e Inversión con el secretario de Estado Marco Rubio. Este pacto, anunciado el 13 de noviembre, busca aumentar las inversiones estadounidenses en Argentina mediante la reducción de aranceles en sectores clave como energía, tecnología y minería, consolidando la “agenda pro-mercado” de la administración Milei.
El discurso de Quirno: Crecimiento, inversión y “líneas rojas” geopolíticas
Durante su alocución en inglés –compartida en redes sociales por el propio canciller y la Cancillería argentina–, Quirno subrayó que “los principios de solidaridad, igualdad y sostenibilidad solo pueden alcanzarse dentro de un sistema internacional basado en libertad, reglas claras y una gestión económica responsable”. El ministro argentino defendió el crecimiento económico como “la base fundamental para la creación de empleo, la inversión y la resiliencia”, promoviendo políticas que fomenten el sector privado, reduzcan riesgos e impuestos, protejan la propiedad privada y garanticen “previsibilidad y oportunidades basadas en mérito, esfuerzo, visión e innovación”.
Quirno también destacó la inversión en capital humano –educación, capacidades y tecnología– como clave para reducir desigualdades y potenciar la participación laboral. Sin embargo, su intervención giró en torno a las “líneas rojas” que impiden a Argentina respaldar el texto final: un “quiebre del consenso” y “diferencias sustantivas en consideraciones geopolíticas”, según el comunicado oficial de la Cancillería. Buenos Aires argumenta que el documento no refleja una voluntad colectiva genuina y viola las normas del G20, alineándose así con la postura de Estados Unidos, que tampoco envió delegación de alto nivel. El vicesecretario de Estado norteamericano, Christopher Landau, felicitó públicamente a Quirno por su discurso, reforzando la sintonía bilateral.
A pesar de la abstención, Quirno reafirmó el “pleno compromiso” de Argentina con el “espíritu de cooperación” del G20, llamando a un diálogo basado en el respeto al consenso, la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. La cumbre, presidida por Sudáfrica, reafirma en su declaración temas como la resolución pacífica de conflictos y la Carta ONU como guía central, pero las ausencias de líderes clave –incluyendo a Milei y representantes de EE.UU.– han sido interpretadas como un quiebre en el foro multilateral.
Quién es Pablo Quirno: Del mundo financiero a la diplomacia libertaria
Pablo Quirno Magrane (nacido en 1966) asumió como canciller en octubre de 2025, tras la renuncia de Gerardo Werthein, en un movimiento que fusiona la diplomacia con la agenda económica del gobierno. Economista egresado de la Universidad de Pennsylvania, Quirno forjó su carrera en JPMorgan Chase como director de fusiones y adquisiciones para Latinoamérica, y fundó una firma de gestión de inversiones en EE.UU. vendida en 2015 a Fiera Capital. Bajo Mauricio Macri (2015-2019), ocupó cargos en el Ministerio de Hacienda y el Banco Central; en el equipo de Milei, fue secretario de Finanzas hasta su ascenso a la Cancillería.
Su perfil “pro-mercado” –sin experiencia diplomática previa– lo posiciona como un engranaje clave en la política exterior de La Libertad Avanza, priorizando inversiones y alianzas con Washington sobre foros regionales. Antes de la cumbre sudafricana, Quirno participó en la Cumbre del G20 en Brasil (2024), acompañando a Milei en una bilateral con Xi Jinping, y gestionó relaciones con China pese al déficit comercial de USD 4.000 millones en 2025. Recientemente, se reunió con el embajador chino Wang Wei, equilibrando el alineamiento con Trump –quien acusó sin pruebas a Sudáfrica de “perseguir a personas blancas”– con la necesidad de mantener lazos comerciales con Pekín, principal socio de Argentina.
Esta no es la primera vez que Argentina marca distancia en foros multilaterales. En la reciente Cumbre CELAC-UE en Colombia, envió solo a un subsecretario y rechazó puntos del acuerdo final. La ausencia de Milei en Johannesburgo –confirmada el 12 de noviembre– sigue la línea de Trump y responde a críticas al anfitrión sudafricano. Federico Pinedo, exembajador en EE.UU., acompañó a Quirno en la cumbre, reforzando el eje atlántico.
Mientras el G20 avanza en temas como cambio climático –que EE.UU. y Argentina cuestionan–, Buenos Aires apuesta por bilateralismos. El acuerdo con Rubio abre puertas a inversiones en Vaca Muerta y litio, pero genera tensiones con China y la región: ante la inminente Cumbre del Mercosur (20 de diciembre), Quirno recibirá a su par uruguayo, priorizando estabilidad comercial.
La jugada de Quirno en Sudáfrica no solo defiende “consensos reales”, sino que proyecta la visión libertaria: un mundo donde la libertad económica prevalezca sobre agendas geopolíticas colectivas.