El gobierno de Ecuador confirmó este martes un presunto intento de asesinato contra el presidente Daniel Noboa, luego de un ataque armado contra su caravana presidencial. La denuncia, ha generado alarma en el país y reavivado las tensiones en un contexto de creciente violencia vinculada al narcotráfico y la inestabilidad política.
El ataque ocurrió en horas de la tarde, aunque la ubicación exacta aún no ha sido precisada por las autoridades. Según los primeros reportes, una turba de “terroristas de izquierda” habría atacado la caravana con piedras y proyectiles, dejando daños visibles en un vehículo presidencial, como se observa en una imagen circulada en redes sociales donde se señalan posibles impactos de bala. El gobierno ecuatoriano, a través de canales oficiales, calificó el hecho como un “intento de asesinato” y anunció que los responsables enfrentarán cargos por terrorismo e intento de homicidio.
Horas después, se informó que varias personas han sido arrestadas en conexión con el ataque, lo que sugiere una rápida respuesta de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, las autoridades aún no han confirmado la identidad ni la motivación exacta de los atacantes, dejando abierta la especulación sobre si se trata de un acto político o criminal.
Este incidente se suma a una serie de desafíos de seguridad que enfrenta la administración de Noboa, quien asumió la presidencia en 2023 a los 35 años.
Recientemente, el 30 de septiembre, un convoy humanitario liderado por el mandatario fue atacado con cócteles Molotov en Cotacachi, resultando en la toma de 17 soldados como rehenes.
Noboa ha atribuido parte de la violencia a grupos como el cartel venezolano Tren de Aragua y ha declarado estados de emergencia en varias provincias para combatir el crimen organizado.
La Oficina del Fiscal de Ecuador ha prometido una investigación exhaustiva, mientras que la comunidad internacional observa de cerca los desarrollos. Este ataque no solo pone en riesgo la seguridad del presidente, sino que también podría tener implicaciones políticas significativas en un país donde la polarización entre izquierda y derecha ha crecido en los últimos años.
La tasa de homicidios en Ecuador ha escalado de 5 a 46 por cada 100,000 habitantes entre 2017 y 2023, según analistas, reflejando una crisis de seguridad agravada bajo su mandato.
