El mercado automotor argentino amaneció este septiembre con un panorama de volatilidad y cautela, impulsado por la abrupta subida del dólar registrada este lunes y los resultados electorales en la provincia de Buenos Aires, donde La Libertad Avanza sufrió una amplia derrota frente a Fuerza Patria. Las terminales automotrices se encuentran en estado de alerta, monitoreando de cerca la evolución del tipo de cambio, las elevadas tasas de interés y la demanda de vehículos 0 kilómetro, en un contexto que amenaza con frenar el ya debilitado impulso del sector.
Agosto dejó un saldo negativo para la industria: los patentamientos de autos cayeron un 13,7% en comparación con julio, según datos del mercado. Este retroceso se atribuye a la incertidumbre económica general, pero ahora se agrava con la especulación postelectoral. Compradores potenciales parecen optar por la espera, lo que se traduce en menos consultas en las concesionarias y un enfriamiento en las ventas. “Hay menos consultas en las concesionarias. Se está frenando el impulso que traía el mercado. Quizá sea por la incertidumbre y por las señales que la gente recibe”, confesó un alto ejecutivo de una terminal automotriz a este medio.
La rentabilidad de las marcas ya es baja en el contexto actual, y cualquier escalada en el dólar podría disparar aumentos significativos en los precios de los vehículos. “La rentabilidad de las marcas es baja; si sube el dólar, los aumentos serán significativos”, advirtió otro referente del sector. Desde las concesionarias, el consejo es claro: “Frenar ventas hasta que las marcas definan sus movimientos y ver cómo evolucionan los precios, tanto en pesos como en dólares. La decisión final dependerá de la combinación entre la cotización del dólar y la política comercial de cada fabricante”.
Empresas como Stellantis optaron por un incremento mínimo del 0,5% en sus precios durante agosto, para compensar subas previas, mientras mantienen bonificaciones en efectivo y opciones de financiamiento. Por su parte, Volkswagen confirmó extraoficialmente un ajuste promedio del 3,9% para septiembre, aunque aún no ha publicado la lista oficial. Otras automotrices prefieren la prudencia, coordinando con sus direcciones generales –muchas con sede en Brasil– antes de anunciar cambios, priorizando la preservación de márgenes en un mercado inestable.
Expertos del rubro anticipan un septiembre de baja actividad, con compradores en modo especulativo y marcas ajustando estrategias en función de la cotización cambiaria. La subida del dólar no solo impacta los costos de importación de autopartes, sino que también genera presiones inflacionarias que podrían erosionar la competitividad del sector en la región. En un año marcado por reformas económicas y desafíos globales en la cadena de suministro, este escenario pone en jaque las proyecciones de recuperación para la industria automotriz argentina, que busca consolidarse como un pilar de la economía nacional.
Mientras el gobierno nacional evalúa medidas para estabilizar el mercado cambiario, el sector automotor clama por mayor predictability. La evolución de los próximos días será clave: ¿se traducirá esta alerta en una contracción mayor de ventas, o impulsará ajustes que reactiven la demanda? Por ahora, la incertidumbre reina, recordando que en Argentina, el dólar sigue siendo el termómetro de la economía.