Buenos Aires, 6 de octubre de 2025 – La producción de petróleo en Argentina ha alcanzado un nuevo hito, según dato resientes. En agosto de 2025, el país registró un promedio de 813,070 barriles diarios, un nivel que no se veía desde hace más de 25 años y que lo posiciona a las puertas del récord histórico de 1998, cuando la producción alcanzó un promedio anual de 847,000 barriles diarios.
El gráfico, basado en información de la Secretaría de Energía y analizado por Econviews, muestra una tendencia ascendente significativa en los últimos años. Tras un período de fluctuaciones entre 2009 y 2020, donde la producción osciló entre 450,000 y 600,000 barriles diarios, se observa un crecimiento notable a partir de 2020.
Este aumento se intensificó en 2024 y 2025, llevando la producción a superar los 800,000 barriles diarios en los últimos meses.
Vaca Muerta: El Motor del Auge
El principal impulsor de este récord es la formación Vaca Muerta, ubicada en la provincia de Neuquén. Esta región shale ya representa el 64% de la producción nacional de petróleo.
El incremento del 26% en la extracción de shale, junto con un crecimiento general del 12% en la producción total hasta agosto de 2025, subraya el papel clave de Vaca Muerta en la recuperación energética del país.
Contexto Histórico y Proyecciones.
La producción actual se acerca al pico histórico de 1998, lo que ha generado un renovado interés en el sector energético argentino. Aunque no hay proyecciones oficiales detalladas en los datos disponibles, expertos sugieren que, de mantenerse el ritmo actual de inversión y desarrollo en Vaca Muerta, Argentina podría superar el récord de 847,000 barriles diarios en los próximos 12 a 18 meses, siempre y cuando las condiciones económicas y políticas sean favorables.
Algunos analistas especulan que, con una expansión sostenida, la producción podría alcanzar entre 900,000 y 1 millón de barriles diarios para finales de 2027, aunque esto dependerá de la continuidad de las políticas de incentivo a la industria y de la estabilidad macroeconómica.
Esta tendencia alcista posiciona a Argentina como un actor emergente en el mercado global de petróleo, aunque los desafíos regulatorios seguirán siendo cruciales para sostener este crecimiento.
