El presidente Javier Milei inició este martes una reunión clave con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en el marco de su agenda en la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas. El encuentro, que se desarrolla en una sala privada del hotel Millennium Hilton –adyacente a la sede de la ONU–, busca avanzar en la octava revisión del acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI, un paso esencial para liberar desembolsos por hasta USD 4.700 millones que podrían inyectar oxígeno fresco a las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en un momento crítico de vencimientos de deuda y tensiones electorales internas.
La reunión, programada para durar 45 minutos pero extendida por la fluidez del diálogo según fuentes de la delegación argentina, se centra en validar los avances del Gobierno en el ajuste fiscal y la estabilización macroeconómica. Milei, acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, llega con un saldo positivo: la inflación mensual se redujo al 2,7% en agosto, el déficit fiscal primario se contrajo un 30% interanual y las reservas brutas del BCRA superaron los USD 39.000 millones gracias a los recientes swaps con China y el apoyo del Tesoro estadounidense. “Estamos aquí para confirmar que Argentina cumple con creces los objetivos del programa; el FMI no es un verdugo, sino un socio en la reconstrucción de la libertad económica”, habría declarado Milei al ingresar al hotel, según testigos.
Georgieva, quien elogia públicamente las “reformas audaces” de Milei desde abril pasado, se mostró receptiva en declaraciones previas a la prensa: “El progreso de Argentina es notable; el coraje del presidente Milei para enfrentar décadas de desequilibrios merece reconocimiento internacional. Hoy discutiremos cómo acelerar el desembolso para apoyar la sostenibilidad a largo plazo”. El eje del diálogo incluye la revisión de metas cuantitativas –como la acumulación de reservas netas, que aún rondan los USD 640 millones– y cualitativas, como la desregulación cambiaria y el impulso a las exportaciones de servicios digitales. Fuentes cercanas revelan que se negocia un “adelanto” de fondos para cubrir los USD 2.600 millones en pagos netos al FMI en 2026, alineado con el “front loading” de multilaterales que ya aportó USD 4.000 millones del Banco Mundial y USD 3.900 millones del BID este año.
El contexto es de alta expectativa: el acuerdo con el FMI, renegociado en enero por USD 44.000 millones, ha sido un pilar de la estrategia de Milei, pero enfrenta críticas opositoras por su rigidez en el gasto social, como el no cumplimiento de la ley de discapacidad. Un visto bueno de Georgieva podría catalizar un rally en los mercados: los bonos soberanos ya suben un 3,5% en la preapertura de Wall Street, y el riesgo país se mantiene en 978 puntos básicos, su mínimo semanal. Analistas de Morgan Stanley destacan que “este encuentro podría reducir la prima de default en 100 puntos si se confirma el desembolso, validando el turnaround argentino”.
La agenda de Milei en Nueva York no para: horas antes, selló con Donald Trump un swap de dólares del Tesoro de EE.UU., y esta tarde recibirá el “Global Freedom Award” de manos de Scott Bessent, en un guiño conservador que refuerza la alianza transatlántica. “El respaldo de Georgieva no es solo técnico; es geopolítico, posicionando a Argentina como un faro de reformas en América Latina”, analizó un consultor del FMI. Mientras el Gobierno enfrenta el pulso en el Congreso por la moción contra el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, este diálogo con Georgieva podría ser el bálsamo que impulse la campaña de las legislativas del 26 de octubre.
En un día de cumbres que podrían redefinir el rumbo económico, Milei sale fortalecido de Nueva York: el FMI, como Trump, parece alineado con la “revolución de la libertad”. El anuncio formal del desembolso se espera para el viernes, pero por ahora, el eco de la reunión resuena como una promesa de dólares y estabilidad para las pampas.