En el convulso panorama político de Honduras, el candidato presidencial del Partido Liberal, Salvador Nasralla, ha sido objeto de múltiples acusaciones que lo vinculan indirectamente con el narcotráfico a través de financiamiento ilícito para sus campañas electorales. Estas alegaciones, surgidas de investigaciones periodísticas, testimonios en juicios internacionales y capturas recientes, pintan un cuadro de asociaciones con figuras controvertidas dentro de su partido y aliados. Aunque Nasralla ha negado repetidamente cualquier vínculo con el crimen organizado y se presenta como un candidato “limpio”, las denuncias persisten y han intensificado el escrutinio sobre su postulación para las elecciones de 2026.
- Yani Rosenthal: Ex candidato presidencial liberal, condenado en Estados Unidos por lavado de dinero relacionado con el narcotráfico. Cumplió prisión federal y su regreso a la política ha sido criticado por organismos internacionales.
- Alexander López Orellana: Coordinador departamental en Yoro y responsable de la campaña de Nasralla en esa zona, incluido en la Lista Engel del Departamento de Estado de EE.UU. por actos significativos de corrupción.
- Víctor Sabillón y Mauricio Villeda: Diputados liberales mencionados en el juicio contra el ex presidente Juan Orlando Hernández en Nueva York, donde testigos cooperantes los vincularon a estructuras de narcotráfico durante la llamada “narcodictadura”.
En marzo de 2017, Nasralla, entonces líder del Partido Anticorrupción (PAC), acusó a la diputada Marlene Alvarenga de recibir financiamiento del cártel de Los Cachiros para su movimiento político dentro del PAC. Nasralla afirmó que el esposo de Alvarenga, Rubén Darío Santos Rivera, tenía parentesco con los líderes de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga y Javier Eriberto Rivera Maradiaga. Estas declaraciones desataron una querella legal en su contra por parte de Alvarenga y su esposo, quienes negaron las acusaciones y exigieron pruebas. Santos Rivera admitió un parentesco lejano en tercer grado de consanguinidad con los Rivera Maradiaga, pero rechazó cualquier vínculo delictivo.
En 2019, las acusaciones de Nasralla tomaron mayor relevancia cuando Omar Rivera, miembro de la Comisión Depuradora de la Policía, confirmó que Santos Rivera había recibido dinero de Los Cachiros, según documentos revelados por la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Estos fondos, según Rivera, habrían sido destinados a una iglesia manejada por Santos, lo que avivó las especulaciones sobre las conexiones de Alvarenga con el narcotráfico y, por extensión, las tensiones internas en el PAC liderado por Nasralla.
Recientemente, en julio de 2025, Nasralla defendió al diputado Mauricio Villeda, quien apareció en un video junto a Devis Leonel Rivera Maradiaga, líder de Los Cachiros. Nasralla minimizó el incidente, argumentando que Villeda no sabía con quién se reunía y que no aceptó el supuesto ofrecimiento de 400,000 dólares para financiar una campaña. Este episodio ha vuelto a poner en el foco las acusaciones cruzadas sobre nexos con el narcotráfico en la política hondureña, incluyendo las relacionadas con Nasralla.