En un movimiento que reaviva el debate sobre la injerencia externa en la economía local, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos intervino nuevamente en el mercado cambiario argentino, vendiendo una porción significativa de dólares para apuntalar la estabilidad del peso. La operación, ejecutada este martes a través del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), inyectó liquidez por aproximadamente US$250 millones, según fuentes del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Esta acción se produce en un contexto de volatilidad postelectoral en Washington y tensiones por el reciente anuncio de asistencia financiera a Argentina, lo que genera interrogantes sobre el rol de EE.UU. como “prestamista de último recurso” en la región.
La venta se materializó en dos tramos durante la sesión cambiaria: el primero por US$150 millones a un tipo de cambio de $1.385 por dólar, y un segundo por US$100 millones a $1.388, contribuyendo a una leve apreciación del peso del 0,5% en el MULC. Operadores del mercado atribuyen la intervención a una directiva del Tesoro estadounidense para mitigar presiones inflacionarias globales derivadas de las políticas de la nueva administración Trump, que asumirá en enero. “No es la primera vez que el Tesoro actúa como estabilizador en emergentes aliados; esto refleja la confianza en el plan de Milei, pero también una dependencia que podría complicar la soberanía monetaria”, analizó Miguel Kiguel, exsecretario de Finanzas y director de EconViews.
Esta no es una intervención aislada. El Tesoro de EE.UU. ya había vendido US$180 millones en julio pasado, en coordinación con el FMI, para contener la brecha cambiaria durante picos de demanda estacional. En el actual escenario, la medida llega tras el rebote de los bonos argentinos en Wall Street y el anuncio de Scott Bessent –nominado como próximo Secretario del Tesoro– sobre un paquete de asistencia de hasta US$40.000 millones para Buenos Aires. Fuentes del Ministerio de Economía indican que esta venta forma parte de un “swap ampliado” con la Reserva Federal, que permite al BCRA acceder a divisas sin agotar reservas propias, las cuales se mantienen en torno a los US$32.000 millones.
El impacto fue inmediato en los segmentos paralelos: el dólar blue retrocedió un 1,2% a $1.415, mientras el contado con liquidación (CCL) se contrajo 0,9% a $1.405. El riesgo país, medido por JP Morgan, bajó 0,8% a 1.110 puntos básicos, reflejando un alivio temporal en la prima de default. Sin embargo, no todos celebran la noticia. El economista Fausto Spotorno, de Orlando Ferreres & Asociados, advirtió que “estas intervenciones, aunque bien intencionadas, distorsionan el precio natural del dólar y podrían desincentivar reformas estructurales locales. Argentina necesita menos muleta externa y más credibilidad interna”.
Desde el gobierno, la respuesta fue cauta pero positiva. El presidente del BCRA, Santiago Bausili, emitió un comunicado reconociendo la “colaboración estratégica” con Washington: “Esta operación fortalece nuestra capacidad para mantener la estabilidad macro, alineada con el objetivo de inflación cero”. Por su parte, el ministro de Economía, Luis Caputo, quien mantiene diálogos fluidos con el equipo de Trump, tuiteó: “Gracia al apoyo de aliados como EE.UU., seguimos avanzando hacia un mercado cambiario libre y predecible. Esto es progreso real”. La oposición, en cambio, cuestionó la dependencia: el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau criticó en redes que “Milei entrega la caja a los yanquis; ¿dónde queda la independencia económica?”.
Expertos en divisas consultados por TN coinciden en que la intervención podría ser el preludio de más operaciones si persiste la incertidumbre por aranceles trumpianos a China, que afectan exportaciones argentinas como la soja. Con la inflación intermensual de septiembre en 2,3% –la más baja desde 2022–, el gobierno ve en estas acciones un puente hacia la normalización cambiaria, prevista para el primer trimestre de 2026 con la posible unificación de tipos de cambio.