La Paz, 19 de octubre de 2025 – En un resultado que marca el fin de una era de polarización y crisis económica, Rodrigo Paz Pereira ha sido proclamado como el ganador de la segunda vuelta electoral presidencial, convirtiéndose en el futuro presidente de Bolivia con el 54.53%
Con el 97% de los votos escrutados al 100% según el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), supera ampliamente a su rival Jorge “Tuto” Quiroga de la Alianza Libertad y Democracia (Libre), quien obtuvo el 54,53%. Esta victoria inédita en un balotaje –la primera en la historia boliviana– refleja el clamor popular por un cambio moderado y unificador.
El senador por Tarija, exalcalde de esa ciudad y economista de 58 años, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, capturó el apoyo de amplios sectores indígenas y rurales, así como de clases medias urbanas desencantadas con la recesión, la inflación galopante y el desabastecimiento de combustibles.
“Bolivia ha hablado alto y claro: queremos unidad, estabilidad y oportunidades para todos. Hoy cerramos heridas y abrimos puertas al progreso”, declaró Paz en su primer discurso victorioso desde el centro de convenciones de La Paz, rodeado de miles de simpatizantes ondeando banderas tricolores.
La jornada electoral transcurrió con una participación récord del 89% del padrón –más de 7,9 millones de votantes–, bajo la atenta mirada de observadores internacionales de la OEA y la Unión Europea, quienes elogiaron la transparencia y la ausencia de incidentes mayores.
Paz asumirá el cargo el 22 de enero de 2026, en medio de desafíos monumentales: reactivar la economía golpeada por la sequía y la caída de exportaciones de gas, reformar el Órgano Judicial marcado por escándalos de corrupción, y fomentar el diálogo con sectores indígenas y opositores.
Su plataforma, centrada en políticas socialcristianas, promete inversión en infraestructura rural, diversificación económica y lucha contra la desigualdad, con énfasis en la inclusión de comunidades que en elecciones pasadas respaldaron al MAS –ahora debilitado con solo un 3% en la primera vuelta.
Desde las calles de Tarija, su ciudad natal, hasta los mercados de El Alto, las celebraciones estallan en júbilo. “Rodrigo representa el puente entre el pasado y el futuro; es el momento de sanar Bolivia”, comentó una votante paceña.
Analistas coinciden: esta elección no solo elige un presidente, sino que redefine el mapa político andino, apostando por un centro-derecha inclusivo en tiempos de incertidumbre global. Con Paz al mando, Bolivia mira hacia un horizonte de esperanza renovada. El mundo espera con interés los primeros pasos de este líder que, partiendo de encuestas modestas en agosto, conquistó la presidencia con un mensaje de reconciliación y desarrollo sostenible.