domingo

26-octubre-2025 HOY

Duro discurso de Trump en la ONU

Críticas globales, un teleprompter rebelde y un incómodo cruce con Lula
El regreso de Donald Trump a la Asamblea General de las Naciones Unidas se convirtió en un espectáculo de confrontación y quejas personales este martes, con un discurso que arremetió contra aliados y adversarios por igual, cuestionó la utilidad misma de la ONU y culminó en un momento de tensión con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. En su primera intervención ante el plenario desde su reelección, Trump combinó ataques a China, Venezuela y la “izquierda global” con lamentos por fallos técnicos en su teleprompter, dejando al auditorio en un silencio incómodo y generando reacciones divididas entre delegados y líderes mundiales.
 
El tono del discurso, de unos 25 minutos, fue consistentemente beligerante, centrado en temas como el comercio injusto, la migración descontrolada y la supuesta ineficacia de las instituciones multilaterales. Trump abrió con una defensa de su “América Primero”, criticando duramente a China por “robar empleos y tecnología” y por su rol en la pandemia de COVID-19, a la que volvió a calificar de “gripe china liberada intencionalmente”. “La ONU ha sido cómplice en este desastre global, permitiendo que Pekín domine el tablero mientras nosotros pagamos la cuenta”, espetó, generando murmullos entre las delegaciones asiáticas. No escatimó en dardos para Europa: acusó a la Unión Europea de “traicionar” a Estados Unidos con aranceles y de ser “débiles” ante la amenaza rusa, exigiendo que “paguen su parte” en la OTAN.
 
Las críticas se extendieron a América Latina, con Venezuela en el ojo del huracán. Trump relanzó su retórica contra el régimen de Nicolás Maduro, llamándolo “narcoestado terrorista” y prometiendo “consecuencias aplastantes” si no se libera al “gendarme secuestrado” mencionado por Javier Milei en su intervención previa. “Estos dictadores convierten continentes en cementerios de libertad, y la ONU los protege con resoluciones de papel mojado”, tronó, en un guiño al presidente argentino, a quien elogió como “el león que despierta a Sudamérica”. Sin embargo, el momento más incómodo llegó al final, cuando Trump se dirigió directamente a Lula, sentado en primera fila: “Luiz, mi amigo, Brasil podría ser una potencia si no estuviera atado a la agenda socialista que arruina todo. ¡Despierta antes de que sea tarde!”. Lula, visiblemente tenso, respondió con un gesto de desdén y abandonó el salón antes de tiempo, según testigos, exacerbando las fricciones bilaterales por temas como el Amazonas y el Mercosur.
 
No todo fue fuego: Trump dedicó elogios a líderes afines, como el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu –”un guerrero contra el terror islámico”– y al propio Milei, con quien se reunió minutos después. “Javier está haciendo lo que América necesita: cortar el gasto inútil y enfrentar a los globalistas”, dijo, alineando su visión con la “revolución libertaria” argentina. También defendió su política migratoria, anunciando que “las fronteras de EE.UU. son una fortaleza” y criticando a México por “exportar crimen”, aunque sin detalles sobre nuevas medidas.
 
El punto álgido de la excentricidad trumpiana llegó con el teleprompter: a mitad del discurso, el dispositivo falló, obligando al presidente a improvisar durante tres minutos. “¡Otra vez este maldito aparato! La ONU ni siquiera puede mantener un teleprompter funcionando, ¿cómo van a resolver guerras?”, se quejó en voz alta, arrancando risas nerviosas de algunos delegados pero silencio sepulcral de otros. Fuentes de la Casa Blanca minimizaron el incidente como “un glitch técnico”, pero analistas lo interpretaron como un símbolo de la disfuncionalidad que Trump atribuye a la organización: “Gastamos miles de millones aquí, y ni un prompter básico funciona. Es un circo”.
 
Reacciones no se hicieron esperar. El secretario general de la ONU, António Guterres, emitió un comunicado templado lamentando “divisiones que no ayudan a la paz global”, mientras que la delegación china abandonó la sala en señal de protesta. En redes, el hashtag #TrumpONU se volvió viral con memes del teleprompter y críticas de progresistas, aunque conservadores lo aplaudieron como “honestidad brutal”. Lula, desde su cuenta en X, replicó: “El showman de Nueva York confunde liderazgo con circo. Brasil defiende la democracia real, no los egos inflados”.
 
Este discurso, el primero de Trump en su segundo mandato, refuerza su estrategia de confrontación para galvanizar a su base interna de cara a las midterm de 2026, pero arriesga aislar a EE.UU. en foros multilaterales. Mientras Milei y Trump sellaban acuerdos bilaterales en un pasillo adyacente –incluyendo un préstamo para la deuda argentina–, el eco de las críticas resuena: la ONU, para Trump, no es un puente hacia la cooperación, sino un blanco fácil en su guerra contra el “establishment global”. En un mundo polarizado, el mensaje es claro: la diplomacia de Washington vuelve a ser disruptiva, y nadie –ni siquiera un teleprompter– está a salvo.

Redacción