Caracas/Washington/Moscú/Pekín – Fuentes diplomáticas y de inteligencia coinciden en que Rusia y la República Popular China han suspendido toda asistencia operativa al gobierno de Nicolás Maduro en medio de la mayor crisis militar que enfrenta Venezuela desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Los indicadores más contundentes del distanciamiento práctico son los siguientes:
1. Suspensión inmediata de vuelos civiles rusos hacia Venezuela. La agencia turística Pegas Touristik y la aerolínea Nordwind cancelaron todos los itinerarios Moscú–Porlamar y redirigieron sus aeronaves a Cuba, alegando “riesgo elevado en el espacio aéreo venezolano”. Fuentes del sector aeronáutico ruso confirmaron que la decisión fue tomada “bajo recomendación expresa del Ministerio de Defensa”.
2. Ausencia de respuesta militar o logística. A pesar de los reiterados llamados públicos de Maduro a sus “aliados estratégicos”, no se registran movimientos de buques de la Flota del Pacífico rusa ni de la Armada del EPL chino hacia el Caribe. Los ejercicios conjuntos programados para el último trimestre de 2025 fueron suspendidos sin fecha de reprogramación.
3. Informes coincidentes de medios estadounidenses de referencia. The Wall Street Journal (30/11/2025) citó a funcionarios del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional: “Rusia, China e Irán han comunicado informalmente que no intervendrán en caso de una acción militar limitada de Estados Unidos”. The New York Times (01/12/2025) agregó que “los aliados tradicionales de Maduro han optado por el silencio operativo” mientras el Comando Sur despliega el Grupo de Combate del portaaviones USS Gerald R. Ford, 11 buques de guerra y más de 15.000 efectivos en aguas próximas a Venezuela.
4. Retiro progresivo de personal técnico ruso. Oficiales venezolanos reconocieron en privado que los asesores militares rusos que operaban los sistemas S-300 y Sukhoi-30 han reducido su presencia a niveles mínimos desde octubre, y los envíos de repuestos están paralizados.
5. Posición oficial china limitada a la retórica. Pekín emitió un comunicado de “apoyo inquebrantable a la soberanía venezolana”, pero rechazó cualquier referencia a contramedidas económicas o militares contra Washington.
Analistas consultados por Reuters y el Atlantic Council califican la situación como “el abandono táctico más evidente de Caracas por parte de Moscú y Pekín desde el inicio de la Revolución Bolivariana”.
El cálculo compartido, según estas fuentes, es que ninguno de los dos gigantes está dispuesto a arriesgar un conflicto directo con Estados Unidos por un régimen cuya supervivencia consideran cada vez más incierta.
En este contexto, el cierre total del espacio aéreo venezolano ordenado por el presidente Trump el 29 de noviembre –y la posterior designación del “Cártel de los Soles” como organización terrorista extranjera– dejan al gobierno de Maduro sin respaldo externo efectivo frente a una posible operación militar limitada o a una intensificación de las sanciones.
Fuentes del Departamento de Estado norteamericano señalaron que la inacción de Rusia y China “facilita los objetivos estratégicos de Estados Unidos en la región” y elimina el principal obstáculo que existía para una acción decisiva contra el régimen chavista.
Hasta el cierre de esta edición, ni el Kremlin ni el Ministerio de Asuntos Exteriores chino han respondido a las solicitudes de comentario sobre estas informaciones.
