Un ambicioso plan de inversión posiciona a la mina de Gualcamayo, ubicada en San Juan, en la vanguardia del desarrollo minero argentino. La propuesta contempla la inyección de 665 millones de dólares para la construcción de un nuevo y moderno proyecto bajo un régimen de incentivos del Gobierno, que promueve iniciativas de gran escala con beneficios fiscales y compromiso institucional.
La transformación del sitio cuenta con inversiones clave, entre ellas una mina subterránea denominada Carbonatos Profundos, diseñada para operar a profundidades de entre 600 y 800 metros. Este diseño se complementará con la instalación de una avanzada planta de oxidación a presión —una de las pocas de su tipo en el mundo— y un parque solar de 50 MW, que garantizará el suministro energético del conjunto, redefiniendo la integración tecnológica y ambiental de la actividad.
Además, el plan contempla una nueva etapa en la explotación del oro: se pasará de métodos tradicionales basados en la lixiviación superficial a procesos más intensivos y eficientes que aceleran fenómenos naturales de extracción. Esto permitirá elevar la producción anual de 50–55 mil onzas a 120 mil onzas, a partir de 2029, con una vida útil proyectada de 17 años. Este salto productivo generaría exportaciones estimadas en unos 400 millones de dólares cada año.
Este desarrollo no solo resguarda la continuidad de la mina —que estuvo al borde del cierre antes de ser adquirida en 2023 y revitalizada—, sino que también apunta a expandir las oportunidades del sector minero local. El nuevo proyecto aprovecharía reservas probadas de 2 millones de onzas de oro, dentro de un área total subexplotada de 40.000 hectáreas. Actualmente, solo el 3% de ese terreno ha sido evaluado, lo que sugiere un potencial considerable aún por explorar.
La recuperación de una antigua operación de lixiviación acompañó esta fase de transición, sosteniendo la producción mientras se preparan los siguientes pasos. Asumiendo que el acuerdo con las autoridades se mantenga firme, el cronograma contempla finalizar los estudios de factibilidad hacia 2026 e iniciar la construcción efectiva de la nueva mina en 2027.
Este megaproyecto en San Juan emerge como una pieza clave en la reactivación de la minería argentina, un sector que mostró declive por el envejecimiento de bocas operativas y la reducción de minerales de alta ley. Hoy, el oro se mantiene como el principal producto del complejo minero nacional, favorecido no solo por su calidad, sino por su relevancia exportadora.