Buenos Aires, 24 de septiembre de 2025– El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunció este miércoles un robusto respaldo económico a Argentina en un posteo en X, destacando los avances del presidente Javier Milei en la estabilización del país.
En un mensaje publicado a las 12:04 UTC, Bessent detalló las medidas tras una reunión con Milei y su equipo en Nueva York, afirmando que Washington está listo para apoyar al pueblo argentino “haciendo lo que sea necesario”.
El comunicado señala que Argentina ha logrado “impresionante consolidación fiscal y una amplia liberalización de precios y regulaciones”, sentando las bases para un retorno histórico a la prosperidad.
Entre las acciones concretas, el Tesoro de EE.UU. se compromete a comprar bonos en dólares de Argentina “según las condiciones lo justifiquen” y ofrecer una línea de crédito de emergencia por USD 20 mil millones a través del Fondo de Estabilización de Cambios (ESF). Además, se están negociando líneas de swap con el Banco Central argentino para prevenir volatilidad excesiva en los mercados.
Bessent subrayó que la administración Trump ve a Milei como un aliado clave, respaldando su plan económico con un respaldo raro para un líder extranjero. “Inmediatamente después de las elecciones, comenzaremos a trabajar con el gobierno argentino en los reembolsos de sus deudas principales”, afirmó, destacando la importancia estratégica de la relación bilateral.
También se mencionó el interés de empresas estadounidenses en invertir en sectores clave, condicionado a un resultado positivo en las elecciones. El posteo, que cita un mensaje previo de Donald Trump elogiando a Milei, ha generado reacciones mixtas.
La Casa Rosada acogió con entusiasmo el anuncio, y Milei tuiteó: “¡Gracias, Scott y Trump! Juntos llevaremos a Argentina al primer mundo”. Sin embargo, el respaldo viene con condiciones: el Tesoro exigirá “rigurosa accountability” y auditorías para evitar que la ayuda se convierta en una “trampa de deuda”.
Con las elecciones a la vista, este apoyo podría ser un punto de inflexión para la economía argentina, aunque su éxito dependerá de la ejecución y la estabilidad política.