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27-octubre-2025 HOY

El riesgo país se dispara a 1.453 puntos por caídas de bonos soberanos tras vetos fallidos en el Congreso

Los mercados financieros argentinos amanecieron con una tormenta perfecta este jueves
Los bonos soberanos en dólares se desplomaron hasta un 8% en los mercados externos, arrastrando al índice de riesgo país –medido por el EMBI+ de JP Morgan– a un abrupto salto de 206 puntos básicos, equivalente a un 16,5%, hasta alcanzar los 1.453 puntos al cierre de Wall Street. La jornada, marcada por una volatilidad extrema, refleja la creciente preocupación de los inversores por la fragilidad política del gobierno de Javier Milei, azotado por dos vetos presidenciales rechazados en la Cámara de Diputados y la incertidumbre electoral que acecha a menos de un mes de las PASO de octubre.
 
El detonante principal fue el revés legislativo sufrido por el Ejecutivo en el debate por los vetos a los aumentos salariales en el Hospital Garrahan y al financiamiento de las universidades nacionales. Ambas iniciativas, que implican un incremento en el gasto público y limitan la flexibilidad presupuestaria del gobierno, fueron aprobadas por amplio margen en Diputados, con el apoyo de la oposición y hasta de sectores díscolos dentro de la coalición oficialista. “La reacción del mercado refleja la lectura de que el Gobierno perdió capacidad de imponer su agenda legislativa, lo que genera dudas sobre la sustentabilidad política de su programa económico”, advirtió un operador de mercado consultado por este medio, en un eco de la frustración que se palpó en los pasillos del Congreso.
 
En el ámbito local, los bonos soberanos bajo legislación argentina cayeron con mayor virulencia que sus pares en Nueva York, donde las emisiones Global registraron descensos de hasta el 5%. El bono AL30, uno de los benchmarks del mercado, lideró las pérdidas con un retroceso del 4,2%, mientras que el GD35 se hundió un 3,8%. Paralelamente, el índice S&P Merval, referente bursátil argentino, liquidó la sesión con una baja del 4,9%, borrando ganancias acumuladas en las últimas semanas y acentuando la fuga de capitales.
 
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) no escatimó esfuerzos para contener el derrumbe: intervino vendiendo dólares para sostener el techo de la banda cambiaria, una maniobra que, aunque efectiva en el corto plazo, erosionó aún más las reservas netas disponibles para el pago de la deuda externa. Fuentes del mercado estiman que la autoridad monetaria desembolsó unos 150 millones de dólares solo en la apertura de la rueda, en un contexto donde las restricciones a operaciones en divisas –como la prohibición de compras de dólares para directores de bancos– ya generan murmullos entre los inversores institucionales.
 
En un gobierno que apostó todo al equilibrio fiscal y al recorte del gasto público, estos eventos legislativos representan un golpe directo al corazón de la estrategia mileísta. La aprobación de normas que elevan el gasto en salud y educación no solo complica el cumplimiento de las metas de déficit cero, sino que también aviva temores sobre la capacidad del Ejecutivo para navegar la tormenta postelectoral. Con reservas menguantes y un riesgo país que ya supera niveles de 2023, los costos de financiamiento para Argentina se encarecen, disuadiendo a inversores extranjeros en un momento clave para la renegociación de la deuda.
 
Para los inversores, la recomendación es unánime: cautela. “El mercado descuenta un mayor riesgo político, y eso se traduce en primas de default más altas”, alertó Repetto, sugiriendo diversificación hacia activos en dólares o espera hasta que se aclare el panorama electoral. Mientras tanto, el gobierno apura reuniones con el FMI para reforzar el blindaje cambiario, pero la grieta en el Congreso –y en el propio oficialismo– sugiere que el camino al superávit fiscal será más accidentado de lo previsto.
 
Este corresponsal monitoreará de cerca la evolución en el Senado y las repercusiones en los mercados globales. Por ahora, el disparo del riesgo país no es solo un número: es una señal de alerta roja para la estabilidad económica argentina en vísperas de un octubre decisivo.

Redacción