China ha presentado en 2025 una serie de nuevos misiles hipersónicos y supersónicos, en una demostración de fuerza para acaparar la atención internacional. Durante los ensayos para el desfile militar del 3 de septiembre en Beijing, se exhibieron sistemas de armamento de vanguardia, incluyendo los misiles YJ-19, YJ-20, YJ-15, YJ-17, y el Changjian-1000, diseñados para reforzar la estrategia de negación de acceso y área (A2/AD) de China, según publicaciones en redes sociales y reportes especializados.
Entre los más destacados está el YJ-19, un misil hipersónico con tecnología de vehículo de planeo hipersónico (HGV) impulsado por scramjet, capaz de alcanzar velocidades superiores a Mach 5 y evadir sistemas de defensa convencionales gracias a su maniobrabilidad y trayectoria impredecible. El YJ-20, un misil biconical hipersónico, y el YJ-17, un misil balístico hipersónico tipo waverider, refuerzan la capacidad de China para atacar objetivos navales y terrestres a largas distancias con precisión devastadora.
Por su parte, el YJ-15, un misil supersónico compacto con motor ramjet, ofrece alta velocidad y letalidad en un diseño optimizado para plataformas múltiples.Además, China ha avanzado en el desarrollo de un misil aire-aire hipersónico, el PL-XX, con un alcance potencial de hasta 800 km, superando al ya formidable PL-17 (400 km). Este misil, aún en fase de desarrollo, podría cambiar las reglas del combate aéreo al permitir ataques a larga distancia contra aviones de apoyo, como los de reabastecimiento y alerta temprana, desafiando la superioridad aérea de potencias como Estados Unidos.
El desfile también mostró el sistema Changjian-20A, una versión mejorada de un misil de crucero, y el Yinzhi-21, un misil antibuques lanzado desde el aire, junto con el Yinzhi-18C, diseñado para plataformas navales. Estas armas, combinadas con el sistema de defensa aérea HQ-29, demuestran la ambición de China de dominar tanto el ámbito aéreo como marítimo.
La presentación de estos misiles coincide con un contexto de creciente tensión geopolítica, particularmente en el Indo-Pacífico, donde China busca contrarrestar la presencia militar de Estados Unidos y sus aliados. Expertos advierten que estas armas, con su capacidad para superar las defensas actuales, podrían alterar el equilibrio de poder global, obligando a potencias como Estados Unidos a acelerar el desarrollo de contramedidas, incluyendo sistemas de detección y guerra electrónica más avanzados.Este despliegue no solo resalta los avances tecnológicos de China, sino también su intención de proyectar fuerza y disuadir a sus adversarios. Mientras el mundo observa, la carrera por la supremacía en tecnología hipersónica se intensifica, marcando una nueva era en la guerra moderna.