El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó esta mañana a través de su cuenta de X la implementación de una nueva reducción permanente en los derechos de exportación para las principales cadenas agroindustriales.
Se trata del cuarto recorte en lo que va del año y representa un paso concreto más hacia la meta anunciada por el presidente Javier Milei de eliminar por completo las retenciones al sector, en la medida que la situación fiscal y macroeconómica lo permita. “Menos impuestos, más producción y más oportunidades para todos los argentinos”, resumió el funcionario en su publicación, que rápidamente se volvió viral entre productores, cooperativas y gobernadores de provincias agrícolas.
Los nuevos porcentajes y su impacto inmediato
A partir de su entrada en vigencia, las alícuotas quedan establecidas de la siguiente manera: la soja pasa del 26% al 24%, los subproductos de soja (harina, aceite y biodiésel) bajan del 24,5% al 22,5%, el trigo y la cebada descienden del 9,5% al 7,5%, el maíz y el sorgo del 9,5% al 8,5%, y el girasol del 5,5% al 4,5%. En términos absolutos, la rebaja total acumulada desde diciembre de 2023 alcanza ya 9 puntos porcentuales en soja, 10,5 en sus subproductos y entre 4,5 y 7 puntos en los cereales, dependiendo del cultivo.
Este alivio fiscal llega en un momento clave: con una cosecha récord de soja estimada en más de 50 millones de toneladas para la campaña 2024/25 y precios internacionales que se mantienen firmes, el impacto en la liquidación de divisas será inmediato.
Según cálculos preliminares de las principales entidades del campo, la medida inyectará al menos 2.500 millones de dólares adicionales al mercado cambiario oficial durante el primer semestre de 2025, al tiempo que mejora sensiblemente el margen de los productores en todas las regiones.
El anuncio fue celebrado por la Mesa de Enlace, gobernadores de las provincias agrícolas y cámaras exportadoras, que destacaron que la reducción permanente –y no transitoria como las anteriores– genera previsibilidad y estimula la inversión en tecnología, almacenamiento y rotación de cultivos.
En un país donde la agroindustria explica cerca del 60% de las exportaciones totales y emplea directa e indirectamente a millones de personas, esta decisión refuerza el rol del campo como motor del crecimiento y consolida el rumbo de una Argentina que apuesta a producir más, exportar más y gravar menos.
