3 de diciembre de 2025, el ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, reveló que bancos internacionales han ofrecido un préstamo de entre 7.000 y 8.000 millones de dólares (USD).
El objetivo es asegurar el pago de vencimientos de deuda programados para enero de 2026, estimados en alrededor de 4.200-4.300 millones de USD en bonos Globales y Bonares, más obligaciones con organismos internacionales por unos 450 millones de USD, sin necesidad de utilizar las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Caputo indicó que el Gobierno está analizando “cuánto de eso aceptamos” para evitar impactos en las reservas netas.
Contexto financiero:
Este anuncio surge en un momento de estabilidad macroeconómica, con el riesgo país por debajo de los 600 puntos básicos y confianza creciente en la baja continua de esta métrica, según declaraciones de Caputo.
La operación se enmarca en negociaciones previas con entidades como Citi, JPMorgan, BBVA, Santander e ICBC, que ya habían facilitado repos (operaciones de recompra) en enero y junio de 2025 por 1.000 y 2.000 millones de USD, respectivamente, a tasas fijas del 8,8% anual.
En noviembre, se especulaba con un repo de 5.000 millones de USD liderado por bancos estadounidenses para el mismo vencimiento, pero Caputo desmintió rumores de un “rescate” mayor por 20.000 millones de USD, aclarando que se trata de una “operación de mercado” para refinanciar deuda existente a mejores condiciones.
El préstamo propuesto sería en formato repo, donde Argentina entrega activos como garantía (posiblemente Bopreales o bonos soberanos) a cambio de liquidez inmediata, con un plazo de recompra de 2-4 años.
Esto no aumenta la deuda neta, ya que se usa para pagar obligaciones vencidas, pero mejora el perfil de pagos al extender plazos y reducir tasas de interés comparadas con emisiones previas.
En el mercado, se espera un impacto positivo en bonos soberanos y acciones, similar a colocaciones recientes de provincias como Buenos Aires (600 millones de USD al 8,125%) y empresas privadas.
Implicancias:
Esta movida fortalece la estrategia de Milei-Caputo de acumular reservas vía superávit fiscal y exportaciones (el agro ya liquidó unos 7.000 millones de USD en septiembre), mientras se negocia con el FMI y EE.UU. por swaps adicionales.
Si se concreta, despejaría el calendario 2026 (próximo gran vencimiento en julio por 4.500 millones de USD) y podría habilitar retornos voluntarios al mercado de deuda soberana.
Sin embargo, analistas advierten que depende de la evolución política post-elecciones legislativas de octubre y la sostenibilidad del ajuste fiscal.
