Bitcoin cayó este lunes debajo de los 94.000 dólares y acumula una pérdida del 25% desde su máximo histórico de 109.000 alcanzado el 22 de octubre, apenas horas después de la reelección de Donald Trump. Lo que parecía el inicio de un rally sostenido por las promesas pro-cripto del nuevo gobierno se convirtió en la corrección más brusca del ciclo alcista 2024-2025.
Las causas son múltiples y convergentes. Primero, la expectativa de recorte de tasas de la Fed en diciembre se derrumbó del 97% al 52% en pocas semanas, lo que disparó la aversión al riesgo. Segundo, el mercado global sufre un drenaje de liquidez histórico: el Tesoro de EE.UU. reconstruyó su cuenta TGA en casi un billón de dólares y las reservas bancarias siguen en mínimos. Tercero, los ETF de Bitcoin spot registraron salidas récord de más de 2.300 millones de dólares en quince días, forzando ventas masivas de los authorized participants.
El resultado fue un deleveraging brutal: más de 30.000 millones de dólares en posiciones largas apalancadas fueron liquidadas en cascada cuando BTC rompió los 100.000 dólares. El índice Fear & Greed marcó 10 puntos, su nivel más bajo desde febrero, y la profundidad de mercado se redujo un 30%. Sin embargo, indicadores on-chain muestran que los holders de largo plazo apenas vendieron y el Realized Cap sigue subiendo, lo que diferencia esta corrección de un verdadero bear market.
Analistas coinciden en que el piso técnico está entre 90.000 y 92.000 dólares. Si la Fed activa su Standing Repo Facility o el shutdown presupuestario se resuelve antes de fin de año, la recuperación hacia 110.000 dólares sigue siendo el escenario base de bancos como Citi y Standard Chartered. Por ahora, el mercado cripto recuerda que incluso en el ciclo más alcista de su historia, la liquidez global sigue mandando.
