Buenos Aires, 12 de noviembre de 2025 – En un momento clave para la política exterior de Javier Milei, el canciller Pablo Quirno aterrizó hoy en Washington para su debut oficial en el exterior. El viaje, que dura apenas 48 horas, se centra en pulir los últimos detalles de un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos, un entendimiento que podría transformar las exportaciones argentinas y fortalecer la alianza estratégica entre ambos gobiernos. Fuentes oficiales y diplomáticas coinciden en que el pacto está “prácticamente cerrado”, aunque el anuncio oficial depende de un “timing político” en la Casa Blanca.
Un Viaje Express con Agenda Cargada Quirno, quien asumió recientemente en reemplazo de Gerardo Werthein, llegó a la capital estadounidense acompañado por una delegación de peso: el embajador argentino en Washington, Alec Oxenford; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis María Kreckler; y el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne. Este último, un “técnico de confianza” del ministro de Economía Luis Caputo, ha sido clave en la redacción del marco técnico del acuerdo.
La agenda es apretada y reservada. El punto álgido será una reunión en las oficinas del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), donde Quirno se encontrará con Jamieson Greer, el funcionario designado por Donald Trump para negociar aranceles y tratados comerciales. “Podría ser que Trump anuncie el acuerdo antes de que Quirno regrese”, anticiparon fuentes cercanas a la negociación.
Además, el canciller disertará ante la US Chamber of Commerce, donde expondrá el plan de ajuste económico de Caputo –enfocado en bajar la inflación, estabilizar el tipo de cambio y reducir el riesgo país– y responderá consultas sobre el pacto, con la misma prudencia que ha marcado sus declaraciones previas.
El regreso a Buenos Aires está previsto para el viernes, justo antes de que Quirno asuma la representación argentina en la cumbre del G20 en Johannesburgo.
Un Framework para Exportaciones sin Barreras El pacto no es un tratado de libre comercio integral, sino un “framework” que cubre todos los productos argentinos exportados a EE.UU., eliminando o reduciendo drásticamente aranceles en al menos 50 rubros clave. Los focos principales son el agroindustrial (con énfasis en carne vacuna, cuya cuota podría cuadruplicarse de 20.000 a 80.000 toneladas anuales), el sector energético y los metales. Para acero y aluminio, que hoy pagan un 50% de arancel, se negocia una cuota de exportación libre de tributos, un alivio vital para la industria argentina.
Las negociaciones arrancaron meses atrás, antes de que Trump impusiera nuevos aranceles globales, y avanzaron velozmente gracias a la “relación personal y estratégica” entre Milei y el magnate republicano. El encuentro bilateral en la Casa Blanca el 14 de octubre, donde Trump avaló los términos generales, fue decisivo.
Sin embargo, el anuncio se pospone por variables políticas en Washington: la crisis del shutdown presupuestario, críticas demócratas a la ayuda financiera de EE.UU. a Argentina (como el swap de USD 20.000 millones) y el riesgo de que el pacto sea visto como “favoritismo” hacia un aliado, abriendo demandas de otros países.
A cambio, Argentina ofrece una “alianza estratégica” basada en valores occidentales, sin el clásico “toca y daca” de concesiones recíprocas.
Optimismo con Prudencia El embajador Oxenford, bajo acuerdo de confidencialidad, fue el más explícito: “El entendimiento está prácticamente cerrado. Solo resta definir el momento adecuado para ponerle el moño y comunicarlo”. Caputo, por su parte, lo dio por “listo” en una entrevista con La Nación describiéndolo como “muy beneficioso para ambos países”.
Quirno, fiel a su estilo cauto, evitó euforias: “No nos gusta anticipar hasta que la tinta esté seca. Quedan cuestiones técnicas, pero somos optimistas. La reunión Milei-Trump fue muy buena para cerrar aspectos finales”.
Argentina, que registró un superávit comercial con EE.UU. de USD 228 millones en 2024 por primera vez desde 2005, podría multiplicar exportaciones y atraer inversiones, alineándose con la apertura impulsada por Caputo.
Además, se espera la visita del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, a Buenos Aires antes de diciembre, para afianzar la cooperación financiera. En un contexto de tensiones globales, este pacto posiciona a Argentina como “puerta de entrada” para productos aliados en el mercado Americano, reemplazando oferta de competidores menos afines.