La provincia de Buenos Aires se prepara para las elecciones legislativas del 7 de septiembre de 2025, lo que ha intensificado las tensiones internas en el peronismo, un movimiento político clave en Argentina.
Hay una fuerte división entre el sector liderado por Máximo Kirchner (La Cámpora) y el encabezado por Kicillof, quien impulsa su propio espacio político, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF). Esta rivalidad se centra en la distribución de poder y recursos dentro del PJ bonaerense.
Durante un acto en Quilmes, municipio gobernado por Mayra Mendoza (aliada de La Cámpora), Máximo Kirchner criticó al gobierno de Kicillof por una supuesta falta de inversión en esa localidad. Comparó la atención que recibe La Plata, gobernada por Julio Alak (aliado de Kicillof y el MDF), con la de Quilmes, sugiriendo un trato desigual: “Ojalá el gobernador ponga la misma plata en Quilmes que pone en la ciudad de La Plata”.
La vicegobernadora Verónica Magario salió a defender la gestión de Kicillof en una entrevista radial en FutuRock. Afirmó que el gobernador ha realizado una “inversión como nunca se ha visto” en la provincia, tanto en el conurbano como en el interior, destacando obras industriales y agropecuarias. Magario intentó bajar el tono del enfrentamiento, sugiriendo que el foco debería estar en criticar al gobierno nacional de Javier Milei, a quien acusó de desfinanciar obras provinciales, como la ampliación del Servicio Penitenciario Bonaerense.
El mismo día de las críticas de Kirchner, Kicillof inauguró una Alcaidía Departamental en Quilmes, con una inversión de $15.091 millones, presentada como un logro conjunto entre la provincia y el municipio. La intendenta Mendoza destacó que esta obra permitirá liberar a policías de tareas de custodia para reforzar la seguridad en los barrios.
Kicillof atribuyó las limitaciones en su plan de obras a la falta de fondos nacionales, señalando directamente a Milei: “El único problema que tenemos para cumplir con la totalidad de nuestro plan tiene nombre y apellido: se llama Javier Milei”, lo cual es falso.
La disputa refleja una lucha de poder dentro del peronismo bonaerense. Máximo Kirchner, como presidente del PJ provincial, busca mantener el control del partido, mientras Kicillof consolida su liderazgo a través del MDF. Esta tensión se agudizó tras el desdoblamiento electoral decidido por Kicillof, que separó las elecciones provinciales de las nacionales, generando críticas desde La Cámpora.
Las declaraciones de Kirchner y la respuesta de Magario reavivan las fricciones entre La Cámpora y el sector de Kicillof, lo que podría debilitar al peronismo frente a las elecciones. La falta de unidad complica la estrategia para enfrentar a los candidatos de La Libertad Avanza (el partido de Milei) y otras fuerzas opositoras.
La Tercera Sección Electoral, donde se encuentra Quilmes, es clave porque aporta muchas bancas a la Legislatura bonaerense. La Cámpora, liderada por Kirchner, busca dominar las listas en esta región, mientras el MDF de Kicillof compite por influencia.
La figura de Cristina Kirchner, madre de Máximo y expresidenta, sigue siendo un factor de peso. Su posible candidatura en la Tercera Sección Electoral agrega más complejidad a la interna, ya que La Cámpora la promueve como una figura central para 2025.